Al igual que es digno de alabar el hecho de que en plenas navidades, una afición visitante sea capaz de arropar a su equipo en mas, tal y como lo hicieron el pasado domingo llenando uno de los fondos, y sin tratarse de partido de play off o similares, hay que reseñar la lamentable actuación de uno, tres, cuatro, seis, diez o veinte aficionados granadinos, los que sean.
Se trataba de un partido entre aficiones hermanadas que (en su mayoría) se desean lo mejor mutuamente) entre equipos vecinos, entre dos clásicos.
Sin embargo, los cuatro descerebrados de turno, se empeñaron en manchar lo que hasta el momento era una actuación ejemplar del graderío visitante, que solo se ceñía a animar a su equipo.
Todo empezó como reacción a un cántico generalizado por parte de la afición local, comenzado por la charanga encargada de amenizar el encuentro, el cantico no era más que un simple “Del granada el que no bote”, que a fin de cuentas, es un cantico que en teoría sirve para animar a su propio equipo, no para irritar a los demás.
Posteriormente llegó el mayor agravante, tras el 2-0 anotado por Philppe Toledo, y mientras el árbitro principal era atendido por unas molestias, un “aficionado” porque ni se le puede catalogar como tal, lanzó una bengala al terreno de juego, con la consiguiente parada momentánea del partido. Éste hecho conlleva una multa de 3001 € para el Real Jaén por deficiencias en el control de acceso.
Inmediatamente después, los “amiguitos” del descerebrado, se entretuvieron en arrancar asientos del estadio, hasta el punto de tirarlos a empleados del club, entre ellos a Llopis, jefe de seguridad del estadio, y que a punto estuvieron de alcanzarle tanto a él como a un encargado de seguridad.
Todo eso durante los 90 minutos, pero es que la noche de antes, algunos aficionados granadinos, hermanados con la afición jiennense, se dedicaron a hacer unas pintadas un tanto penosas en el estadio, un estadio que, poco a poco, intenta adecentarse y cambiar para mejor su imagen. 
Desde realjaenfoto queremos reprochar todos y cada uno de estos actos realizados por impresentables, aunque si que hay que dar las gracias a todos aquellos granadinos que, canticos típicos de rivalidad aparte, se dedicaron a animar a su equipo y no tuvieron problema alguno al cruzarse con aficionados locales. Del mismo modo, confiemos en que la visita al Estadio de Los Cármenes (en la última jornada que puede decidir o no el devenir de los equipos de cara a los play off) de la afición jiennense sea ejemplar y modélica. Solo debe de preva<lecer lo deportivo, y aquí, lo importante es que tanto Granada, como sobre todo el Real Jaén, estén en 2ª División, donde nunca debieron salir.
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